Yo siempre he pensado que el ya conocido «ojo por ojo y diente por diente» no se trata de una venganza personal, ni siquiera es una venganza… es simplemente el recibir lo que se da… todo el mundo, aunque muestre una fachada que no corresponda con el mal que hace, sufre de alguna manera el mal dado, la consciencia es el primer verdugo y muchas veces las sombras, los miedos, el vivir desconfiando o simplemente pensar que todo el que se acerque puede dañar, se convierte en un verdadero castigo.
Ser dañino es ya un sinónimo de infelicidad y desazón, ser infeliz para un ser que ha hecho un daño, es ya un castigo duro aunque pretenda mostrar lo contrario. No nos corresponde a nosotros desear el mal a nadie porque esa mala energía (que no nos corresponde a nosotros emanar) a veces juega contra nosotros mismos, es por eso que a veces no entendemos porque nos sigue yendo mal mientras en apariencia al ser malvado le va muy bien. Lo mejor será seguir adelante, seguir trabajando y esculpiendo nuestra vida que es lo que al final quedará sobre la tierra en forma espiritual y dejar que ese ojo por ojo y diente por diente se aplique naturalmente.
Vivir pendientes de que alguien sufra, aunque sea el ser más mezquino y malvado del mundo, nos convierte en una sombra oscura que va en deterioro propio, y no merece la pena… no la merece. Abrazos de Luz.