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Cuando nuestra vida es asaltada por un cambio imprevisto dejamos de respirar correctamente. El estado de shock repentino y mantenido en el tiempo transforma el tipo de respiración que teníamos cuando sentíamos que todo estaba mediana o totalmente controlado. En estos últimos tiempos los cambios han sido determinantes, trastocados con la epidemia, el confinamiento y la incertidumbre. Para otros la pérdida de seres queridos y la dificultad para aceptar que eso haya sido así.

Muchos han perdido su poder adquisitivo mermando sus economías y sumiendo sus vidas en un total caos. El resto, aunque puedan tener sus economías detenidas, les consume el ansiedad y la desazón.

Antes de morir en la desesperación y para poder superar todas las situaciones anteriormente descritas tenemos que detenernos y respirar, de otra manera no encontraremos respuestas o soluciones. Escribo todo esto porque lo he comprobado personalmente, he tardado mas de un mes y medio en darme cuenta que es el comienzo, es el único y verdadero punto 0 para tener decisiones y soluciones acertadas.

Después, comienza la magia, aunque los problemas sigan allí asechando, tendremos la suficiente entereza de poder hacerles frente. Es la causa por la que muchas personas se han logrado reinventar en las ultimas semanas, meses. No todo este perdido, lo primero será vaciarnos del miedo y sustituyendo el vacío con aire, el oxigeno hará el resto. Ponedlo en práctica, no me creáis nada. Yo perdí mi trabajo, el poder adquisitivo, el sustento propio, el de mi familia y el miedo me invadió durante algún tiempo. Estar confinado en soledad es muy difícil de llevar y tener a la familia a miles de kilómetros lo es más, pero tenemos un arma única que nos hace ver las cosas con perspectiva. La Respiración. Es entonces cuando las respuestas y las soluciones comienzan a fluir.